Peguiputi después de su sesión de curso de putitas ha sentido un inmenso deseo de ser exhibida , así que aquí podréis ver su evolución como putita 🙂
No puede resistir la tentación de ponerse a mis pies y obedecer cualquier tarea que le ordene , por humillante que sea , por que sabe que así me hace feliz.
Su tarea para esta pagina ha sido redactar un texto contando como se siente y por supuesto como no.. hacerse unas fotos con la ropa que yo previamente le envié por correos.
Texto escrito por Peguiputi
Conocí a Sonia, la Diosa Sonia, hace ya varios años. No recuerdo dónde vi sus fotos por primera vez, pero sí recuerdo la primera vez que la vi a ella. Era bella y sensual más allá de mis deseos, más allá de mis expectativas, más allá de mi imaginación. No solo por su cuerpo, que desde entonces puebla mis sueños más íntimos, no solo por su voz, que resuena en mis oídos en los momentos más inesperados. Ante todo, por su actitud. Me acogió y me entendió desde el primer momento y me hizo sentir especial. Supo entrever ese parte íntima de mi ser que no le confieso a nadie, pero que deseo que salga a la luz.
Empecé, como no podía ser de otra manera, rendido a sus pies. La buscaba continuamente para poder adorarlos en los tacones más extremos, descalzos, con medias o calcetines… Si su cuerpo es la perfección, y lo es, sus pies son un trozo de paraíso en la tierra. Hoy en día no se me ocurre lugar mejor donde vivir: arrodillado ante ellos.
Poco a poco ella supo ver que esa adoración quería ir más allá. Y yo me fui dando cuenta también. No solo los pies, mi Diosa Sonia cada vez se mostraba un poco más exigente, un poco más dominante, y yo iba cayendo más y más en la deliciosa red de sus deseos y sus caprichos. De rodillas ante ella, me guió para descubrir sensaciones y placeres secretos, escondidos. Le estoy eternamente agradecido por eso. Y me hace feliz demostrárselo cuando puedo con un regalo que pueda disfrutar ella, sin tenerme presente, sin tenerme en cuenta: ropa, calzado… sus caprichos son mi agradecimiento y mi devoción.
No todo se queda en la devoción a su cuerpo y a su personalidad. En esa exploración íntima, me ha guiado para romper las barreras más íntimas en un éxtasis de deseo. Solo ante ella podría haberme atrevido a mostrarme en la cam con un camisón rosa de tirantes, sabiendo que mi Diosa lo apreciaría y, con su risa franca y su voz altiva, me acogería como su putita particular. Solo ante ella podría mostrarme en medias, braguitas y sujetador como una colegiala temblorosa, seguro de que la experiencia será inolvidable. Solo ante ella podría confesar mi deseo de ser poseído plenamente, de sentir cómo me abandono a la fuerza de un vibrador en mi boca y en mi ano.
Sé que no soy el único, pero me hace sentir especial, cuidado, me atiende y me entiende. Estoy agradecido de haber podido conocerla y sorprendido de que me haya aceptado durante tanto tiempo, haciéndome sentir a la vez libre de expresar mi personalidad sin complejos y esclavo de su voz y sus caprichos. Gracias, Diosa.