Así se presento un día Pitito, un pequeño y tímido LOSER aspirante a ser mi cornudo:

Buenos días Señorita Sonia,

Soy un seguidor Suyo a través de ínternet. Me atrae mucho su manera de entender la Supremacia y su forma de tratar a los sumisos.
Buceo una y otra vez en su página web y en su Twitter sin interactuar.
Soy un varón español de 47 años, deportista y bien  conservado. Me considero educado, culto y limpio.  Como sumiso soy muy obediente, respetuoso y con muchas ganas de complacer. Mi temática en estos momentos es la de cornudo consentido y la humillación por mi falta de dotación.
 Me gustaría saber si Vd admitiría ponerme a prueba para que pudiese tener el honor de realizar servicios de limpieza doméstica en Su domicilio. Me encargaría de las tareas más ingratas: aspiradora, fregar, cocina y baño a fondo, plancha… por supuesto tributando la cantidad que Vd estipule por disfrutar de este privilegio.
Por favor, le suplico que considere mi propuesta, quedo a la espera de Su respuesta.
El mail es este desde el que Le escribo y está a Su disposición 24/7.Podríamos aprovechar mi escasa dotación y el éxito que seguro tiene Vd entre los hombres para explotar mi faceta de cornudo micropene…
Si así lo desea, puede enviarme su número de cuenta para hacerle una primera transferencia y así estar Usted segura de la seriedad de mis intenciones.También me gustaría, por favor, conocer Sus condiciones para aceptarme como sumiso.
Un respetuoso saludo.
Después de leer este texto no podía no darle la oportunidad de arrastrarse y demostrar hasta donde estaba dispuesto a llegar por conseguir un poco de mi atención. Lo cual empezó a demostrarlo bien rápido enviándome un email en el cual se adjuntaba la compra de un regalo muy acertado y el siguiente mensaje ( Señorita Sonia, acepte por favor este regalo de su cornudo) . Espero que lo disfrute en buena compañía y que me permita llevarlo al tinte tantas veces como sean necesarias. Un edredón nórdico de plumón de oca de la mas alta calidad, el cual disfrutare en la compañía de mi pareja mientras Pablo solo puede imaginar como disfrutamos en la cama.
Pitito no es capaz de saber ni si quiera imaginar como disfruta una mujer en la cama, su patético micropene nunca ha podido dar placer a nadie, es por ello que debe resignarse a ser mi cornudo consentido y ser útil de otros modos. Mientras tanto yo disfruto doblemente, por que eso es lo que merezco y me regodeo ante el recordandole una y otra vez su condición y sus obligaciones mientras su cornamenta no deja de crecer.
Como debe ser he pedido a Pablo que escribiera un texto para que todos sepan como se siente siendo tan cornudo.

Texto escrito por Pablo Micropene.

Me llamo “Pitito”, cornudo de Diosa Sonia. Desde que la conocí quedé prendado de ella y de su personalidad. No puedo vivir sin mi Diosa. Ella lo sabe y, a pesar de mi nulidad como hombre, me permite estar a su lado mientras disfruta con un macho de verdad. Yo lo consiento y la colmo de regalos y atenciones. Sé que es la única manera para que un micropene como yo pueda compartir su vida con una Diosa como ella. Le estoy muy agradecido y cada día estoy más enamorado.

Ya desde que por primera vez puse mis ojos en ella supe que la suerte estaba echada y que mi vida iba a cambiar para siempre. Me quedé enamorado de ella, de su cuerpo escultural, de los dos lunares que lucía en ambos senos mientras me hablaba y sonreía, sabiendo ya como sabía que iba a poder hacer conmigo lo que quisiese. Me quedé prendado de su personalidad, dominante, inteligente, pícara, con mucha clase.

He de reconocer que Diosa Sonia fue clara conmigo desde el principio. Nunca iba a tener ninguna posibilidad con ella. Yo no le atraía en absoluto, mi falta de hombría, mi falta de carácter, me convertían en un clarísimo candidato al olvido inmediato. No obstante, debió de ver algo en mí y me propuso ser su cornudo…

Ahora vivo por y para ella. Llevo un CB debajo de mis braguitas. Cuando ella está con su hombre me pongo una compresa entre medias porque tiendo a babear por la excitación y los largos períodos de castidad forzosa. Diosa Sonia me ha permite asistirla cuando está con su amante. Llevo un uniforme de mayordomo y ella se refiere a mí con sorna como “menordomo” haciendo así mofa de mi excasísima dotación. Les sirvo las bebidas, los canapés, alcanzo los condones a su macho y luego me retiro a la puerta para oírles disfrutar mientras me froto desesperádamente mi cinturón de castidad.

Me desvivo por complacerla, ningún regalo me parece suficiente para ella. La colmo de atenciones y detalles. Sé que soy un privilegiado al poder compartir mi patética vida con la suya. Sé que la única forma de mantenerlo es la renuncia absoluta para mí y la entrega absoluta hacia ella. Me esfuerzo permanentemente por servirla mejor, porque su vida sea más agradable y cómoda. El resultado de todo ello es que cada día estoy más enamorado de mi Diosa, que cada día la deseo más, y que su menosprecio y desdén hacia mí cada día me hacen más y más feliz…. ¡Gracias Diosa Sonia! ¡Te quiero!