Antes de seguir leyendo esto quiero que pienses bien si estás preparado para ser degradado. Degradado por mí. Te aseguro que no es lo mismo la idea de degradación que se te viene a la cabeza en tus momentos más intensos que el hecho de entregarte a mí para que te degrade como solo yo sé hacerlo. Quiero que el próximo minuto lo dediques a pensar, aunque eso es pedirte demasiado. Voy a dejar que sigas leyendo y al final vas a escribirme un correo con el asunto: quiero ser degradado. Es la última decisión que vas a tomar por ti mismo en mucho tiempo.

Por si no te ha quedado claro, soy despiadada, soy cabrona y tú me importas una mierda. Yo sé el poder que tengo sobre ti, no me hace falta verte para saber cómo babeas y lo débil que te sientes al verme, al leer lo que escribo, al escuchar mi voz. Te ignoro y vuelves. Te saco la pasta y vuelves. Te maltrato y vuelves. ¿Qué quieres que piense yo de alguien así? ¿Qué esperas que haga contigo? ¿Qué respeto esperas que te tenga? Ninguno. Imposible. Ahora quieres ser degradado, quieres pasar al siguiente nivel, quieres que todas las pequeñas cosas se junten, perder cualquier dignidad, ser arrasado, quieres observar mi cara de satisfacción mientras me río de ti, de ver como te retuerces en lo más bajo, como un pez boqueando fuera del agua. Muy bien, te estoy esperando.

Voy a explicarte punto por punto lo que significa degradarte. Escucha bien.

– Vas a sentirte mal. Vas a mirarte al espejo y lo que veas allí va a darte asco. No vas a reconocerte porque vas a ser un ser vacío. Vacío pero útil, que es lo único para lo que vales. Para serme útil a mí.

– No vas a follar nunca más. Bueno, seguramente eso lo tenías claro ya. Pero ahora no es que no quieras, no es que yo no te lo permita, es que nadie, escucha bien, nadie va a querer estar cerca de ti. Vas a ser más que invisible para las mujeres. No provocas deseo, provocas rechazo. Nadie quiere tener cerca a un inútil perdedor. Solo vas excitarte conmigo y cuando sientas eso, como se levanta tu mierda de polla, sabrás con seguridad que solo te excito para aprovecharme de ti. Nada más.

– Tu cuerpo es mi campo de juegos. No me importa si molesta, si duele. No me importan las marcas que te deje. Llévalas con orgullo porque es lo único que te va a hacer saber que sigues vivo.

– Voy a lavarte el cerebro, hacer que todo gire en torno a mí. Voy a ser a la vez tu droga y tu camello y voy a dejarte seco cuando más lo necesites. No mereces otra cosa. Voy a emborracharte hasta hacerte vomitar mientras ves como vacío tu cuenta, delante de tu cara de patético perdedor. Vas a irte a la cama jodido, excitado, dolorido y dispuesto a volver. Así eres, eso es lo que eres.

– Voy a quitarte todas tus redes de seguridad, voy a dejarte expuesto, sin voluntad y sin poder de decisión. Es tan fácil hacerlo, es tan delicioso escuchar tus súplicas…

– Ten claro que voy a hacerte daño. Ten claro que esto no es inocuo, que vas a quedar marcado por mí. Para siempre. Que no vas a poder sacarme de tu cabeza.

Ahora ya lo sabes. Escríbeme. Sé cuánto lo deseas, puedo escuchar una voz dentro de tu cabeza gritándote, pidiéndote que des el paso. Prepárate.