El llego a mi hace ya un tiempo, por aquel entonces aun no tenia claro lo que podría llegar a pasar o sentir, pero algo si tenia muy claro, su condición de virgen y pardillo.

Durante toda su vida solo ha follado una sola vez y por supuesto no lo volverá a hacer. Su vida se va a centrar en asumir lo que es y en disfrutar de ello, ya que es el único modo de el que puede llegar a ser feliz. Como el lo sabe bien y ademas esta muy agradecido por que le dedique mi valioso tiempo se desvive por ser cada día mas obediente, tanto cuando uso su cuerpo para convertirlo en un ser femenino como cuando se me antoja ponerle alguna tarea, como en este caso que os cuente a todos como ha llegado hasta esta situación.

 

Historia de un pardillo

Escribo estas sensaciones a petición de mi Ama Soniara, aún sin saber aún si puedo permitirle el lujo de llamarla así. La conocí hace algunos meses, tras llegar a su web de casualidad y quedar atrapado al instante por esas sensaciones. Sensaciones de deseo, de inferioridad y de adentrarme en un mundo que por un lado me aterra al pensar en cuánto podría perder el control sobre mi mismo pero por otro me fascina al pensar en cómo una mujer podría arrebatarme ese control.

Atraído por mi fascinación hacia el BDSM y su sensación de control me animé a pedirle un video personalizado, algo sencillo, humillación y CEI. Ella respondió al instante y para mi sorpresa no hubo la menor trampa ni engaño, era tal y como lo había prometido, y disfruté como no lo había hecho en mucho tiempo obedeciendo sus indicaciones y sintiendo cómo durante unos minutos había entregado mi libertad.

Volví a repetir un par de veces y también me animé a una sesión por Whatsapp. Decir esto me provoca una vergüenza tremenda pero lo hago animado por el anonimato y deseoso de cumplir sus órdenes así que debo reconocer que crucé una línea que nunca pensé que me atrevería a cruzar y esa es probar el plug en la boca tras haberlo introducido en mi ano. Sí, probar mis heces, muy ligeramente sí, pero solo hizo falta una orden suya. Así de simple.

Tras un mes sin hablar volví a pedir otra sesión hace apenas dos días y la situación se volvió a repetir, sentía cómo perdía por completo mi control y lo aceptaba, era ese control mental que tantas veces había leído aprendiendo sobre BDSM y era aún más gratificante de lo que nunca podía haber imaginado. Y aquí es donde llegó la razón por la que escribo esto, mi Ama Soniara preguntó por mis anteriores parejas y tuve que confesar la realidad, a mis 33 años soy prácticamente virgen. Dado que Ella quería saber más, me dispongo a explicar lo que eso significa para mi.

Desde pequeño siempre fui un chico bastante tímido, estudié en un colegio solo de chicos y supongo que eso tuvo algo que ver. Sin embargo, eso no impidió que mis compañeros tuviesen novias, parejas o disfrutasen del sexo mientras yo me contentaba con mirar y fantasear con cuándo me tocaría el turno. Pero ese turno no llegó.

Pasaron los años y comencé la Universidad, de hecho me fui a una ciudad cercana a vivir en una residencia de estudiantes y fue entonces cuando lo vi claro, ese iba a ser el momento. Además todos hablaban de cómo en esa residencia mixta chicos y chicas follaban sí o sí en cuanto llevaban un tiempo. Sin embargo para mi no fue así. Acabé la carrera y seguía siendo virgen y un total pardillo.

Las sensaciones eran muy difíciles, no buscaba el sexo sin más, sentía que deseaba estar con otra persona, enamorarme, pasar la noche abrazado a ella y besarla con pasión pero mientras más lo deseaba más crecía la frustración de ver cómo no encontraba a nadie que le interesase. Un par de veces lo vi claro y ese mismo par de veces me di de bruces con la realidad. Yo les interesaba como amigo pero ya se habían fijado en otro como pareja. La frase “que buena persona eres” la sentí como una losa.

Fueron años muy frustrantes, en esos años mis fantasías llegaron al BDSM y aunque nunca lo experimenté, me encantaba ver otros tipos de relaciones con mujeres donde ellas tenían el total control. Pensaba que tal vez así llegaría mi primera vez pero fueron meses de conversaciones por chats que no llegaban a ningún lado y videos porno de consolación.

Seguía frustrado y en cierto modo humillado. Humillado por ver cómo no podía realizarme como hombre, humillado por no tener el valor de lanzarme y dar el paso adelante. Y humillado por ver cómo mis amigos eran, sin tapujos, capaces de hacer disfrutar a una mujer mientras yo solo podía fantasear con ello.

Lo siguiente que se sumó a mi frustración fue el ver cómo me aproximaba a los 30 y seguía a dos velas, no paraba de pensar en qué pasaría si encontraba una chica a la que realmente le gustase y a la hora de ir a la cama veía que por mi inexperiencia no disfrutaba y me dejaba a los dos días. Era un agobio absoluto y probaba leyendo artículos en internet sobre cómo hacer el cunnilingus perfecto o cómo hacer disfrutar a una mujer. Mi objetivo comenzaba enfocarse más en que la mujer disfrutase a toda costa que en que fuese yo quien lo hiciese. Supongo que ahí es donde comencé a aceptar la humillación y estar dispuesto a entregar mi voluntad a una mujer que quisiese poseerme.

Por suerte el momento llegó, a los 30, casi sin esperarlo, en una de las últimas noches en que salí de fiesta. Sin embargo ocurrió lo que había temido (o eso creo hoy por hoy). Nos conocimos, nos enrollamos, follamos… y no volví a saber de ella. Desde entonces no he tenido más relaciones. No porque las rechace sino porque en mi situación actual tengo pocas oportunidades de conocer chicas nuevas. Han pasado 3 años y he abrazado más mi rol de sumiso y desde que conocí a mi Ama Soniara he sentido cosas que nunca había sentido, desde placer y morbo hasta miedo y deseo. Y aquí estoy hoy, escribiendo bajo su voluntad algo que NUNCA, JAMÁS, me había atrevido a contar. Sin embargo sé que sus deseos son órdenes, sé que jamás tendré el privilegio de darle placer o sentir su tacto y me duele horrores el dejarlo por escrito pero sé que una palabra suya basta para ponerme en marcha.

Y sus deseos son órdenes.

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